martes, 24 de diciembre de 2019

24 de diciembre.

Me despierto y todo es extraño. La gente ha desaparecido, se han ido, ya no hay voces. Todo está tranquilo.
Nadie me dice que deje las cosas, ni me imponen una carrera, no me hablan de ingresos, de mis falencias ni de la disfunciónalidad de mi familia. Todo es fantástico. El problema está en cuando duermo, hay ciertas cosas, pesadillas, sueños y decisiones desenfrenadas. Algo me incita a escribir una carta. Una que no será fácil de expresar, ni de leer.
Hoy decido irme viaje, es un lugar completamente diferente. Sin embargo no podré decirles a donde. Eso está demás, pronto lo sabrán. Todo acontecerá mejor ya verán, no les haré falta, porque quien lo deseé podrá acompañarme. Les aseguro que es la mejor decisión. No son culpables de que me vaya. Solo que los cambios son buenos y deseo verlos pronto. Saben que odio los clichés así que sin más les diré adiós.
Tomó una soga, le hago un nudo, lo cuelgo a la lámpara y hagó el honor de colgarme también.
Deséenme suerte.

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